Tefi Russo, una mujer que nos motiva a cocinar

Desde muy pequeña, experimenta en la cocina, cuando creció nos demostró que la cocina es para todos en su blog “Inutilísimas”. Actualmente siendo blogera,  productora y mamá, nos  cuenta algunas de sus  anécdotas y como es un día en su vida.

Nombre completo:
Estefanía (ni loca revelo mi segundo nombre) Russo Basile

Edad:
31 años

Hobbies:
Patinar mientras si o si escucho música. Si me quedo sin batería aborto misión. Comerme novelas románticas siendo la menos romántica del mundo. Planear viajes por los próximos años que no necesariamente hago y lugares donde comer en cada uno.

Referentes:
En comida/cocina Jamie Oliver y Rosita (una señora que me enseña a cocinar). Por un lado, un referente de la gastronomía que creo que en cierta forma cambio la alimentación en general, también su estética. Su manera de simplificar y presentar los platos. Por otro lado, una mujer que no necesariamente es conocida ni estudio en grandes escuelas, pero es quien de esa manera mantiene lo orgánico en lo casero, lo sencillo, lo hogareño. Esas personas que a mi modo de entender son las que más te enseñan de esa esencia, de esa manera de cocinar y contagian las ganas o saben los mejores secretos y no los guardan.

Plato de comida favorito:
Guisos en invierno, ensaladas en verano

Tu lugar en el mundo:
Mallorca. Sin dudas. Lugar donde viví. Volvería cada día y llevo tatuado.

¿A qué edad empezaste a cocinar? ¿Quién te enseño?

Mi primer curso de cocina fue a los 6 años, pero antes de eso recuerdo mis primeros experimentos y mezclas incomibles. Donde estoy segura que ese

primer encuentro al tocar ingredientes, marcaron un comienzo. Aprendí mucho de mi papá. Que me arrepiento cada día de no haber aprendido más, de no haber anotado cada una de sus recetas. Aun así, lo recuerdo en plena faena cuando hacía pizzas, paellas, asados. Como también recuerdo que vivió para la comida, para planificarla, desearla, tentarse, viajar y conocer restaurantes y volver años después a ese lugar que lo volvió loco y eso, me lo contagio por completo.

¿Nos podrías contar alguna anécdota graciosa que sucedió en tu cocina?

No sé si hay anécdotas graciosas. O fueron graciosas en el momento. Sí accidentes, macanas, caos. Muchos. Preparaciones que vaya a saber uno cómo, terminaban en el techo. Confundirse la sal con el azúcar, el azúcar impalpable con la maicena. Tortas recién sacadas del horno directamente al piso y yo al lado al borde del llanto insultando en todos los idiomas posibles. De los errores se aprende. Cada uno de esos episodios sirvieron para no volver a repetirlos y así sentirme cada vez más en confianza en una cocina. Pero hay que pasar por todo eso. Es muy necesario.

¿Cómo nace Inutilísimas? ¿Para qué tipo de público, está pensada?

Inutilísimas nace a través de un blog. Queriendo entrar tímidamente en la gastronomía, pero no sentirme cómoda con las opciones más comunes. Entonces empecé a armar la propia. Siempre confesando mi falta de experiencia y conocimientos, pero demostrando que, aun así, se puede. Poniéndome “del lado de la gente” y no en una postura lejana o súper profesional. Para que, de esta manera, entren en confianza. Lejos estoy de alejar a quienes les cuesta. Recetas con ingredientes que son fáciles de conseguir, recetas donde siempre invito a modificar a gusto, recetas que salen (o por lo menos eso es lo que me dice la gente que las replica en sus casas) es lo que se encuentra en mi espacio. Por eso está pensado para ese público, cualquier edad, cualquier género, pero quienes le tienen un poquito de temor o lo ven como un imposible. Por suerte también se sintieron invitados quienes ya cocinan desde hace años, pero encontraron en Inutilísimas una vuelta de tuerca a las clásicas recetas.

Inutilísimas nace a través de un blog. Queriendo entrar tímidamente en la gastronomía, pero no sentirme cómoda con las opciones más comunes. Entonces empecé a armar la propia. Siempre confesando mi falta de experiencia y conocimientos, pero demostrando que, aun así, se puede. Poniéndome “del lado de la gente”

¿Qué cosas o “rituales” tenes que no pueden faltar antes de empezar a cocinar?

El ideal: música, los ingredientes a mano, un buen cuchillo, ropa cómoda y desconexión total. No siempre pasa.

¿Cómo surgen recetas nuevas?

Hay muchas recetas de familiares y amigos, que siempre al pasar por mi cocina, suelo hacer algún cambio pura y exclusivamente para simplificarla y que sea más fácil para compartir con el público. Muchas veces miro recetas terminadas en la web y lo que hago es intentar hacerlas, pero sin mirar el procedimiento de la receta. Otras que en momentos donde uso la cocina como terapia, tratando de sacar comidas de la galera o no teniendo tantas cosas en la heladera necesariamente, salen a veces las mejores cosas de esa improvisación o del simple hecho de darse maña.

¿Qué comentarios recibís de tus seguidores acerca de tus recetas?

“empecé a cocinar gracias a vos”, “volví a cocinar por vos”, “tus recetas salen tal cual”, “no te guardas secretos”, son tal vez los comentarios positivos que más recibo y que me llenan el alma. Fotos de mis recetas en casas y mesas ajenas me sacan siempre grandes sonrisas. En lo negativo tal vez me putean un poquito por mis recetas bombas. Pero he explicado alguna que otra vez que no necesariamente hay que comer todos los días así. Si no buscar un equilibrio. Yo estoy para el día del permitido. Prefiero no encasillarme también en tantas marcas, cuentas y personas de comida estrictamente saludable que están buenísimas. Solo que hay para todos los gustos y yo me siento cómoda acá.

Sos bloguera, productora y mamá, ¿Como es un día en la vida de Tefi Russo? ¿Como es el apoyo de tus seres queridos y amigos con respecto a tu carrera?

Lo más difícil de mi día, o mejor dicho semana, es organizarme porque son muy distintas entre sí. Entonces mi momento de lunes con agenda en mano es clave. Organizando horarios, actividades de mi hija, grabaciones y trabajos con marcas. Sentir a mi familia orgullosa cuando por ejemplo pasan por alguna librería y ven mi libro, o cuando no lo ven y la respuesta del local es que está agotado, es increíble y me lo hacen saber cada vez que les pasa. A veces hasta me pregunto cuando se les va a pasar la emoción jaja pero enseguida dejo de preguntarlo porque es muy lindo. Hoy estoy enfocada en mi trabajo y mi prioridad es mi hija. No hay mucho más. A los que me quieren ya les confesé mi ritmo y a veces mi “cabeza quemada” cuando me olvido de cumpleaños, o no respondo con rapidez, cosa que antes no pasaba jamás. Me entienden y me acompañan. Todos saben que esto lo hice con mucho esfuerzo y hoy estoy cosechando los frutos. Aceptan que haya elegido ser emprendedora, madre soltera y todo lo que eso implica.

Convicción, seguridad en uno, tener el foco claro, a donde te querés dirigir, qué querés mostrar, no mirar a la competencia, para nada.

En otras entrevistas dijiste que al principio no querías que tu pasión de cocinar se transforme en trabajo. ¿Cómo alimentas esa pasión para que no pierda su encanto?

En realidad, logré encontrar el tiempo justo en la cocina con lo que hago. Porque estoy poco tiempo. Trabajo mucho más en lo digital que en lo gastronómico. Entonces cuando me toca cocinar, lo sigo disfrutando muchísimo.

Ya publicaste un libro, tenes un canal en YouTube y miles de seguidores en las redes sociales, ¿Cuáles son tus próximos proyectos y desafíos?

En las RR.SS. muestro la parte gastronómica. La mujer que no es chef pero que cocina simple, rico (o eso espero) y casero. Pero en realidad lo que más estoy desarrollando es la producción de contenido digital. Lo que más trabajo me genera y para donde estoy rumbeando. También donde creo que va a estar mi fuerte. La cocina siempre va a seguir, pero creo que tengo mucho más para dar en esto que no estaba en los planes y sin darme cuenta aprendí muchísimo después de 5 años trabajando en las redes.

Para vos ¿Cuál sería la receta perfecta, para llevar a cavo nuestras pasiones y objetivos en la vida?

Convicción, seguridad en uno, tener el foco claro, a donde te queres dirigir, qué queres mostrar, no mirar a la competencia, para nada. Si empezás a mirar a los costados creo que es donde uno empieza a flaquear. Tampoco fijarse y obsesionarse en los números o en si los demás te copian a vos, eso me parece una tontería enorme. La copia es un halago y si es copia nunca lo van a hacer igual. No seguir modas y si terminas ahí, saber siempre qué te hace distinto o buscarlo. No siempre seguir lo que supuestamente “hay que hacer”. Ser generoso con los colegas, compartir trabajo y contactos. Saber

aprovechar oportunidades como también saber decir que no. Hacerle caso al instinto. No hacerse mala sangre por lo que hace mal el resto, si no sentirnos orgullosos por lo que hacemos bien nosotros y en cierta forma alimentarnos de eso que te hace sentir cada vez más fuerte y te da energía para mucho más. Sonreír. Respetar. Siempre agradecer.

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